Me duele la Tierra
Camino descalzo al sol de la mañana por la tierra en la que me encuentre.
Tengo un cuidado y un respeto extremos por la tradición de cada lugar. No cuestiono la cultura ni su tiempo. La miro como un efecto de la conciencia colectiva, por más lejos que se encuentre de mi ética personal.
Ahora en estas montañas indígenas de Chiapas, toco los pueblos con mi corazón desnudo y me duele la tierra, las mujeres tejiendo con sus manos arrugadas. Los niños jugando en la calle en su lengua original. Es una forma de insurgencia recuperar las raíces.
La conquista de la Sombra Masculina en todas las latitudes del planeta tiene un sentido, aunque el daño sea irreversible. Hemos hecho desaparecer el conocimiento ancestral que guardaban las tribus celestes, para que no se pueda recordar para qué vinimos aquí, y cómo volver a Casa.
Incluso este terror de la muerte sobre los ojos de los niños, el sometimiento de la mujer, extirpar el corazón del hombre, el desmembramiento del Cuerpo Humano.
En algún momento de intimidad con la Tierra, siento que detrás del sufrimiento y el olvido de su ser, hay una belleza que rescata mi amor por la vida, a pesar de sus formas extrañas y dolorosas.
La Tierra me dice:
Tu despertar y sanación pueden ocurrir ahora mismo. El de los seres humanos dentro de miles de años. El del mundo nunca.
Porque la existencia misma es ignorancia.